La Bujinkan nos enseña, con la práctica de nueve escuelas de artes marciales tradicionales japonesas, el precepto de vivir una vida sana, sin hacer daño a la sociedad, mediante el cultivo de las relaciones mutuas entre la naturaleza y la humanidad, olvidando sentimientos negativos como son la avaricia y la discriminación y aflorando todos aquellos que permiten una mayor evolución del ser humano en lo personal y en lo social.